La escalada ya no es sinónimo de peligro y atrevimiento, sino un deporte cada vez más popularizado y que se practica a edades tempranas. Y es que escalar con autonomía y seguridad en un rocódromo es posible. Lo comprobaron la decena de niños y niñas que el sábado participaron en el cursillo de iniciación al bulder organizado por la concejalía de Juventud, una modalidad que consiste en trepar por rocas de un máximo de 4 metros de altura sin necesidad de elementos de protección.
De la mano de un experto en la materia, que enseñó a l@s participantes una serie de nociones básicas sobre maniobras y técnicas esenciales para tomar contacto con esta especialidad.Desde cómo trepar por las zonas más sencillas del rocódromo recién estrenado en el Parque de la Concordia de Valdeluz, que está incluido en el pasillo de ocio y entretenimiento juvenil que forman el circuito de pump track, la pista de parkour, la instalación de Street Workout y la tirolina, hasta cómo utilizar las manos y brazos en los movimientos y desplazamientos. O cómo elegir la mejor vía en función del color de los agarres. Y siempre con el ánimo de disfrutar de la escalada sin sufrir lo más mínimo ni realizar esfuerzos innecesarios.